Muchos habrán olvidado que Ben Stiller dirigió este film
definitorio de toda una generación --la nuestra, si el grunge de Seattle y el
desasosiego existencial en los claustros universitarios alguna vez fueron
universales--, cuando Winona Ryder era una gran estrella y Ethan Hawke era una
suerte de galán romántico según el molde de los tiempos, atrás sus aristotélicos
días de reconocido discípulo del Sr. Keating, pero siempre conservando una
vulnerabilidad y temple dramático muy oportunos. Desde aquí, pues, un
recordatorio, no sólo de la Generación X, sino también de la breve,
brevísima, incursión de Stiller en el drama serio sin constipación, detrás, y
delante, de las cámaras.
miércoles, 19 de diciembre de 2012
Reality Bites (1994)
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