sábado, 8 de febrero de 2014

Pecado mortal (1955)


Basado en una novela rosa de la experta Caridad Bravo Adams, este melodrama engolado, convencional y previsible resulta, no obstante, de una solvencia innegable, beneficiándose especialmente de los matices góticos de su autora y de una convincente Gloria Marín. En el México rural se suceden los días de una pobre mujer con todo el dinero del mundo, a merced de un marido codicioso y libertino, inescrupuloso y dictatorial (Víctor Junco), que al parecer no es sólo culpable de su invidencia o de sus cotidianas humillaciones; la desdichada protagonista, interpretada con suma dignidad por Marín, sólo cuenta con el amor de su joven ahijada (Silvia Pinal), la ayuda de su sobrino estudiante de medicina (Ramón Gay) y la inexorabilidad de la justicia divina. La dirección de Miguel M. Delgado (colaborador habitual de Cantinflas) es sencillamente sólida, y, Marín aparte, la belleza de Pinal y la estólida imitación que hace Junco de Burt Lancaster justifican el visionado de esta pequeña solemnidad –no tanto así la deficiente galanura de Gay en un rol ajeno a su competencia. ***/*****

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