Una organización criminal decide eliminar a uno de sus
esbirros (Fabio Testi, el hirsuto Malnate de la adaptación que hizo De Sica de Il giardino dei Finzi-Contini), luego del asesinato de un magnate petrolero imputado al
mejor amigo de aquél. El problema es que ahora deberán involucrar al
subdirector de un penal (Oliver Reed) y a la joven e ingenua mujer de éste
(Agostina Belli, la compañera de Kirk Douglas en Holocaust 2000) --aunque
probablemente el término “problema” sea muy trivial o demasiado humano en medio
de la maquiavélica operación puesta en marcha… Se trata de un efectivo drama de
acción y suspenso a la italiana, un poliziottesco realizado por Sergio Sollima
(el del legendario spaghetti La resa dei conti), con la presencia contundente y
conmovedora de Reed, y la conmovedora y trascendente música del maestrísimo Ennio Morricone,
que hace un inesperado, sutil y persuasivo comentario acerca de las relaciones
imbricadas entre el poder y el delito, oponiendo al espectador el reflejo
lúcido de un opresivo mundo propio, invulnerable e inasible..., además del paisaje ubicuo de la desesperación y paranoia de su ambiguo, (sobre todo) angustiado e impotente protagonista. Ojo a la secuencia
inicial, cuyo lacerante retrato de amor amical o philos contemporáneo entre
gangsters inspiró al Tarantino de Reservoir Dogs, al igual que la (en grado sumo) antológica
“Un Amico” al de Inglourious Basterds. También en el reparto, Frédéric de
Pasquale, el televisivo amigo de Fernando Rey en The French Connection. 3.5/5