Esta melodía triste y solitaria compuesta por Walter Rizzati como tema musical obsesivo para el clásico de Lucio Fulci de 1981, cuya versión en inglés es la única accesible por estos lares, constata que algunas de las películas de terror más crudas ostentan los scores más sofisticados.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario