El éxito internacional de Grease (1978), película musical
de culto que consolidó (si cabe) el megaestrellato de John Travolta sólo meses
después de la revolucionaria Saturday Night Fever (1977), produjo una audiencia
encantada, entre otros elementos del fenómeno Travolta, por la química entre el
actor y la cantante australiana Olivia Newton-John, otra de las figuras clave
de la cultura pop a mediados de los ’70 e inicios de la siguiente década.
Esperada, pues, con cierta ansiedad colectiva, la reunión se materializó,
desafortunadamente, en una comedia romántica sin demasiada sustancia, con ecos
de Heaven Can Wait, en la cual ambos protagonistas hacen
poco menos que el ridículo --no obstante algún instante decente. También en el
naufragio: Oliver Reed, Beatrice Straight, Scatman Crothers y Charles Durning. “Twist
of Fate”, uno de los hits innegables de la rubia Olivia, fue víctima del
puntual oportunismo de los cineastas y a última hora se convirtió en discordante
emblema sonoro.
miércoles, 20 de junio de 2012
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