lunes, 2 de julio de 2012

Shame (2011)


El artista británico Steve McQueen y Michael Fassbender, protagonista de Hunger (2008) y fulgurante nuevo astro internacional, se reúnen para esta exploración de la afectividad humana en el mundo contemporáneo. Un hombre aún joven, atractivo y bastante solitario, intenta encontrar en el sexo clandestino y la pornografía la solución a su desesperado vacío existencial. Cuando su hermana (una Carey Mulligan tan sensual como vulnerable), la única otra persona que él parece considerar como tal, le ofrezca una respuesta, acaso será ya demasiado tarde. La cinta es casi un prodigio de comunicación austeramente visual --el impresionante plano largo de Hunger se ha tornado característico signo de estilo en Shame--, pero su banda sonora musical, además de buenas canciones de los ochentas y la notable vocalización del tema de New York, New York por la sorprendente señorita Mulligan, está compuesta de una grabación instrumental que representa adecuadamente la rebosante angustia de un Fassbender virtualmente brandiano; las Variaciones de Goldberg como leitmotiv rematan el boceto de un réquiem inquietante que fue, por supuesto, subestimado como uno de los fallos de la cinta por los miopes (o sordos) críticos profesionales de turno.

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