La
bellísima Jennifer Connelly es Sarah, la fantaseadora niña cuyo pequeño hermano
es secuestrado por David Bowie, el príncipe de los duendes, en esta magnífica
cinta de Jim Henson y George Lucas. La puesta en escena, la galería de
entrañables personajes (el enano Hoggle, el gigante Ludo, el perrito caballero
Didymus y el perrito corcel Ambrosius), las canciones de Bowie (“Magic Dance”,
“Underground”), el guión de Terry Jones, en fin, la inspiración única del gran
Jim Henson y sus inmortales muppets, hacen de Labyrinth
una reunión con lo misteriosamente conmovedor de la imaginación y la pureza perdida de la infancia.
martes, 31 de julio de 2012
domingo, 15 de julio de 2012
Duets (2000)
Vi
Duets, gracias al cable allá por los primeros dos mil, porque
me encantaba “Cruisin'”, la interpretación de Huey Lewis y Gwyneth
Paltrow de una canción de Smokey Robinson (autoría que ignoraba hasta aquel
visionado), líder de The Miracles y mentor virtual de otro líder, John Lennon
de The Beatles. Deseaba verlos y sentía curiosidad por la historia.
Tratando de ser objetivo, recuerdo una bonita
película, pero difícilmente algo más --evitando los efectos subjetivizantes de
la nostalgia, claro. Entre sus virtudes incuestionables (además de la banda
musical) se hallan tres actuaciones histriónicas y melódicas: las de Paul
Giamatti, Andre Braugher y Maria Bello. Aunque esta actriz me cautivó en su tan
corto rol, prefiero quedarme con Gwyneth Paltrow entonando “Cruisin'”
y buscar a la Bello, mi descubrimiento en Duets, para encontrarla en A History
of Violence (haciendo música de otro tipo sobre una escala mejor adecuada a su
talento).
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lunes, 2 de julio de 2012
Shame (2011)
El artista británico Steve McQueen y Michael Fassbender,
protagonista de Hunger (2008) y fulgurante nuevo astro internacional, se reúnen para
esta exploración de la afectividad humana en el mundo contemporáneo. Un hombre
aún joven, atractivo y bastante solitario, intenta encontrar en el sexo clandestino
y la pornografía la solución a su desesperado vacío existencial. Cuando su
hermana (una Carey Mulligan tan sensual como vulnerable), la única otra persona
que él parece considerar como tal, le ofrezca una respuesta, acaso será ya
demasiado tarde. La cinta es casi un prodigio de comunicación austeramente
visual --el impresionante plano largo de Hunger se ha tornado característico
signo de estilo en Shame--, pero su banda sonora musical, además de buenas
canciones de los ochentas y la notable vocalización del tema de New York, New
York por la sorprendente señorita Mulligan, está compuesta de una grabación instrumental
que representa adecuadamente la rebosante angustia de un Fassbender
virtualmente brandiano; las Variaciones de Goldberg como
leitmotiv rematan el boceto de un réquiem inquietante que fue, por supuesto, subestimado como
uno de los fallos de la cinta por los miopes (o sordos) críticos profesionales
de turno.
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