Ejercicio de trucos audiovisuales donde los haya, la película
escrita y dirigida por Roger Avary (ganador de un Oscar por el guión de
Pulp Fiction, supuestamente co-autorizado con Tarantino) debe de ser a un tiempo
la más interesante e insatisfactoria adaptación de una novela de Bret Easton
Ellis llevada a la pantalla grande. Lejos de la acertada interpretación de
American Psycho (2000) y de la lectura más convencional pero también acaso más
coherente de Less Than Zero (1987), la cinta que protagoniza James van der Beek (en un trabajo esforzado, a veces acertado, otras un "Kubrick meets Dawson's Creek" alucinado) es una
exploración reincidente del microcosmos de su autor: varios personajes juveniles relacionados a través del deseo sexual y la afición a las drogas, como sombras
chinescas de sí mismos contra el muro indiferente de la opulencia y de la
universidad. Avary resulta ingenioso, pero su mezcla de vulgaridad terrenal y
sofisticación técnica acarrea un estilo sin demasiada personalidad y virtualmente envejecido una vez revertidos los créditos de cierre --aun antes.
Destaquemos, no obstante, la tentación ofrecida por
Jessica Biel y Kate Bosworth, respectivamente, y el eclecticismo uniforme de un
soundtrack hecho, cómo no, de selectas canciones.
lunes, 21 de enero de 2013
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