lunes, 4 de febrero de 2013

Flashdance (1983)


(Salvando las distancias:) Como Sally Field en Norma Rae, la (innegablemente) notable actuación de Jennifer Beals en este archiconocido drama musical explora convincentemente las posibilidades expresivas de un personaje central --Alex Owens es una casi-adolescente trabajadora en una planta metalúrgica de Pittsburgh, bailarina en un night club, y prima ballerina en sus más felices sueños-- que es, además, obligatoriamente sexy y encantador --y asertivo, un rol frecuentemente masculino. Tony Manero era estas tres cosas al menos, aunque su ambigüedad lo dotase de cierta conspicua confusión y melancólica pasividad, y Flashdance incluye a Cynthia Rhodes en el reparto por si a alguien se le ocurriese reprochar la asociación. También podría verse a Flashdance cual una versión travestida (o, mejor, transexual) de las tribulaciones de Rocky para llegar a la cima. De hecho, se trata de un cuento de hadas --y en este caso el romance que lo impulsa era especialmente necesario-- marcado por la estilización pretendidamente erotizante de Adrian Lyne y por uno de los soundtracks (o songtracks) más atractivos e identificatorios de toda una década.

  

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