Una formidable comedia dramático-romántica es
lo que nos ofrece en esta oportunidad David O. Russell, después de su aclamado
drama boxístico The Fighter (2010). Apta historia de problemas psiquiátricos, familias
disfuncionales y relaciones interpersonales en constante peligro de crisis, su
protagonista es Patrizio (Bradley Cooper), un hombre joven que acaba de salir
del hospital bajo observación policial y con la prohibición de acercarse a su
esposa, a quien sorprendió en pleno adulterio pero es todavía el objeto de su confusión
afectiva. En su camino --o, acaso mejor dicho, en su ruta de jogging--, así
como aquel evento excepcional e inesperado lo transformó negativamente, una
muchacha sumamente especial lo acosará súbitamente y no tardará en cambiar su
vida para siempre. Dotada de una realización brillante sostenida por un férreo
guión, esta merecidamente favorita de la presente temporada de los Oscars
exhibe además la a lo menos espectacular interpretación de la nominada
Jennifer Lawrence, el retorno de De Niro a la contienda
actoral y un delicado, idiosincrático score cortesía de Danny Elfman.
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