miércoles, 29 de octubre de 2014

Straight Talk (1992)


La incombustible Dolly Parton, uno de los verdaderos iconos de la música country americana, produce y estelariza esta amable comedia acerca de una mujer pueblerina que llega a la gran ciudad para realizar sus sueños. Mientras busca empleo, cierta oportuna confusión la transforma, de la noche a la mañana, en la Dra. Shirlee, la más solicitada consejera de las ondas radiofónicas. Por supuesto, no todo irá viento en popa: su ex pareja, un patán de barrio con el continente de Mr. Blonde himself (Michael Madsen en la época misma de Reservoir Dogs), y un galán con motivos ulteriores (James Woods), le complicarán la vida a esta innata psicóloga con razones para frecuentar la nocturna altitud de los puentes fluviales… El excelente soundtrack, hilado de canciones escritas e interpretadas magistralmente por Dolly, complementa la narrativa de una cinta formulista a la vez que beneficiada por las cualidades de su radiante protagonista. Ese irresistible canto a la resiliencia y a la fe que es “Light of a Clear Blue Morning” y el genialmente divertido tema del título, por sólo escoger los ejemplos más apuntalados, son constataciones certeras de una actitud vital plasmada en el ecran con artística honestidad y sentido del humor. 3/5

1977

jueves, 9 de octubre de 2014

Electric Dreams (1984)


Como casi toda buena canción, es ésta una de amor. La diferencia está en que se trata más bien de un video clip (o casi) de 120 minutos, producido y dirigido con el profesionalismo un tanto ingenuo y festivo que signaba su época. Se trata de un triángulo: Miles, un solvente pero socialmente limitado arquitecto que se acaba de mudar a NY; Madeline, la hermosa vecina de al lado (Virginia Madsen: algunos tienen esa suerte); y Edgar, la computadora a cargo de la seguridad del departamento de Miles, cuya vida amenazará con dominar cuando --oh diosa de los guionistas ochenteros-- cada uno de sus transistores se enamore de la chica (no por nada toca el violoncelo), a quien compondrá canciones en un anonimato digno del Cyrano. Estilizado manejo de cámaras y, sobre todo, una fina edición al compás del ecléctico pero armónico soundtrack (Bach, Culture Club y Giorgio Moroder componen la música), atento a las emociones cibernéticas, son, entre otras, las características que identifican esta fantasía colorida e inesperadamente oscura --una especie donde HAL 9000 se cruza con el optimismo que encubre la penumbra en John Hughes, anticipando los entresijos más espontáneos de la dramática Her (2013)--, protagonizada, por eso, por Bud Cort (uno de los actores clave de los 70s) en la voz de Edgar. La inolvidable canción final es de Phil Oakey, el vocalista y líder de The Human League. 3/5